Mejorar la velocidad de la red no tiene por qué implicar una gran inversión. Con algunos ajustes y estrategias inteligentes, puedes optimizar el rendimiento sin pasarte de presupuesto.
Realiza un diagnóstico de la red
Antes de realizar cambios, es fundamental entender qué está afectando a la velocidad. Herramientas gratuitas como Wireshark, Speedtest by Ookla o PingPlotter te ayudarán a identificar posibles interferencias.
Optimiza la configuración del router y los puntos de acceso:
- Ubicación estratégica: asegúrate de que los routers y puntos de acceso Wi-Fi estén en zonas centrales y sin obstrucciones.
- Actualiza el firmware: mantener el software de los dispositivos actualizado mejora el rendimiento y la seguridad.
- Canales y bandas adecuadas: usa herramientas como NetSpot para analizar los canales Wi-Fi menos congestionados y optimizar la configuración.
- Segmentación de la red: separa el tráfico de invitados y empleados para evitar saturaciones innecesarias.
Controla el ancho de banda y establece prioridades
Implementa una calidad de servicio (QoS) en tu router para priorizar el tráfico más importante (videoconferencias, acceso a servidores, etc.) y limitar aplicaciones que consuman ancho de banda innecesariamente (como descargas masivas o streaming no esencial).
Revisa y optimiza el hardware existente
- Sustituye cables antiguos por categoría 6 o superior para mejorar la velocidad.
- Usa switches gigabit en lugar de dispositivos obsoletos de 100 Mbps.
- Considera actualizaciones asequibles como repetidores Wi-Fi o sistemas Mesh si la cobertura es un problema.
Capacita a los empleados sobre buenas prácticas de uso
Un uso inadecuado de la red puede generar problemas de velocidad. Establecer políticas claras sobre el uso de internet en la empresa evitará el consumo excesivo de recursos y mejorará el rendimiento general.
